Consiste en darle movimiento a cualquier elemento visual por medio de una
secuencia de imágenes en un periodo de tiempo. Para realizarlo debe
considerarse que los elementos que influirán de manera directa son la situación
del tiempo, la forma, el color, la transparencia, la estructura, la textura de un
objeto, los cambios de luz, la posición de la cámara, la orientación, el enfoque,
y la técnica de presentación. En la actualidad, la animación es un excelente medio digital para integrar
el movimiento en cualquier obra plástica. Con ella puede ser creada y dotada
de movimiento una escultura, los grabados, las líneas, los volúmenes, las
siluetas u otras imágenes.
Para trabajar con la animación es importante considerar el número de
ejes espaciales que se van a utilizar. Hay dos tipos básicos: bidimensional y
tridimensional.
La bidimensional consiste en el movimiento de líneas y superficies
coloreadas que ocupan una zona fija y plana en la pantalla. En las animaciones
de tres dimensiones se consideran otros parámetros, como la textura de los
materiales y la fuente y la dirección de la luz que incide sobre la superficie del
objeto.